Madrid ama a Asturias
Madrid ha sido siempre un gran escaparate para Asturias. Desde que la legendaria Casa Mingo abriera sus puertas en 1888, pocos años después de inaugurada la Estación del Norte, los asturianos que ponían el pie en la capital tuvieron la oportunidad de hacer allí un alto para no dejar del todo la tierrina. Desde entonces hasta estos primeros años del siglo XXI la atracción que supone Madrid para todo lo astur -restaurantes, tiendas, sidrerías-, ha crecido exponencialmente, confirmando que somos la Comunidad Autónoma con más presencia en Madrid y más querencia para los madrileños. Aunque la renovación de la cocina asturiana de los años 80, de la mano de Fernando Martín y su Trascorrales ovetense, no se haya reflejado en Madrid hasta hace bien poco con desembarcos como el de Paco Ron y su Viavélez, la tradición no ha dejado de seguir abriendo puertas como lo demuestran los dos últimos: La Máquina de Lugones -fabada y arroz con leche como estrellas-, y el más reciente, octavo de la saga de Carlos Tejedor, el restaurante Casa de Quirós.
La historia gastronómica de Asturias en Madrid tiene también que ver con empresarios de la talla de Ramón Areces, cuya especial atención por nuestros quesos ha hecho que fueran conocidos y valorados; establecimientos de ultramarinos como Casa Méndez, en la calle Ayala, con productos asturianos -fabes de Pravia- y leoneses, o Espinosa, la tienda pionera, recientemente cerrada de la calle Génova, con productos de Asturias y Galicia, continuadora de los antiguos colmados cuyas fabes llegaban a la capital por rutas astorganas. Lo que no hemos conseguido es que el madrileño aprecie como se merece el marisco de Asturias, que los gallegos han sabido ”vender” mejor que nosotros. Pero aún estamos a tiempo para intentarlo con otros productos. Mi amigo Juan Manuel Bellver, uno de los críticos más reputados de este país, conocedor de nuestra gastronomía, suele comentar que los asturianos tenemos pendiente una operación de marketing para dar a conocer un manjar como es el pitu de caleya: ni más ni menos que introducirlo en las tiendas de gourmets con D.O. incluida.
Con todo, los madrileños saben bien cómo se come en Asturias y desde siempre les ha gustado sentarse ante un buen plato de fabada en La Hoja, en Casa Portal, en El Oso, en Asturianos, en Casa Hortensia o en tantísimos restaurantes canónicos, pero también les gusta “descubrirnos” a los asturianos en Madrid algunos templos secretos de la fabada, como pueden ser El Tulipán o El Mesón Arturo, en donde los connaiseur se congregan a comer una fabada “de culto”.
Y como para los postres, según dice el refrán, hay otro estómago, no podemos olvidarnos del arroz con leche, porque los asturianos somos muy llambiones, tanto que también lo hemos exportado a la capital, por algo será que el arroz con leche es el postre más famoso en Casa Lucio. Y es que Madrid nos quiere. Y mucho. Esta espléndida y utilísima guía nos lo vuelve a demostrar.