Esta modesta “embajada” de Tineo lleva más de 20 años abierta al lado de la Plaza de España, donde su cocina honesta y sencillamente casera se ha abierto un hueco entre una clientela mayoritariamente de ejecutivos y personal de empresas, que acuden a su buen menú diario. Es en gran parte la misma clientela la que aprovecha su conocimiento del ambiente y comida para celebraciones familiares y amistosas de cualquier tipo.

Es lo que pretende, y ha conseguido Valentín Fernández Álvarez, que sigue proveyéndose en su Tineo de fabes, morcilla y compango para sus fabadas, a las que se unen el cordero y las carnes rojas en la carta de pequeño comedor. La vida se desarrolla también en la barra, siempre llena, en la que pinchos y tapas dejan pocas dudas del origen del local...