José Manuel Blanco se trajo desde Luarca su Casa de Asturias para plantarla al ladito de la plaza de Lavapiés y ofrecer desde este local un compendio de gastronomía asturiana de campo, mar y montaña.

Partiendo de la sidra natural, el recorrido incluye mariscos, churrascos
a la parrilla, fabada y combinaciones varias de “les fabes”, pescados, dulces, quesos e incluso setas y productos de la huerta. Todo de origen asturiano y con gran variedad de recetas…

Los precios y la amplitud de sus raciones atraen a un público mayoritariamente joven, que también aprovecha la extensa oferta de picoteo, que incluye cebollas rellenas y otras especialidades astures, entremezcladas con otras de todo el país. En verano, la terraza de su esquina/chaflán es un punto de encuentro de enorme atractivo.