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Carlos Tartiere

     

Tomar el nombre del estadio de fútbol del Real Oviedo refuerza sus orígenes asturianos, porque ante todo, Carlos Tartiere es una típica sidrería asturiana. De ambiente joven y bullicioso, resulta un lugar ideal para tapear en su barra: chorizo a la sidra, empanada, patatas al cabrales… También para probar su sidra natural, escanciada por los propios camareros o poder degustar las suculentas propuestas del Principado: fabada, merluza al horno, o el riquísimo arroz con leche.

Una animada sidrería en el barrio de Retiro, cuya decoración evoca la tierra astur y donde poder saborear la gastronomía típica del Principado, regado con una buena sidra.

  • Bodega
    Todo tipo de vinos nacionales: Rioja, Ribera, Somontano…
  • Sidra
    Tienen sidra natural, que los camareros se ofrecen a escanciar…
  • El Orgullo de la casa
    Merluza al horno, fabada y arroz con leche.
  • Menú para compartir
    Para cuatro personas: Quesos asturianos, pastel de cabracho,
    fabada, arroz con leche y una botella de sidra (35€/persona).
  • Salones Privados
    Además de las mesas junto a la barra, el restaurante cuenta con dos salones independientes.
  • Capacidad
    100 comensales aprox.
  • Clientela
    Entre semana gente de empresas y los fines de semana gente
    joven.
  • Equipo
    Propietario y jefe de sala: Juan Carlos Rubio. Jefe de cocina:
    Isidro Rodríguez.

   

Categoría: Restaurante - Sidrería
Dirección: c/ Menorca, 35. 28009 Madrid.
Horario: 12:00 – 01:00 h. Ininterrumpidamente.
Tlfn. Reservas: 91 574 57 61 / 91 573 43 33
Web: www.carlostartiere.es
Metro: Ibiza
Zona: Retiro
Estacionamiento: Parking concertado en la c/ Fernán González,
56. (1h gratis para clientes).
Precio Medio: 35 €
Tipo de cocina: Cocina tradicional asturiana y de mercado.
“Les fabes” las traen de Luarca.

UN ESPECTÁCULO LAMENTABLEAyer fuimos a comer en familia. Al terminar, el salón estaba abarrotado y no había forma de salir con un carrito de bebé. Le pedimos a un comensal que si podía levantarse y nos dijo que no, que estaba comiendo. Tras una acalorada discusión, nos dijo que el problema era del restaurante y no suyo así es que decidí dirigirme al encargado. Cual fue mi sorpresa cuando me encontré con que, lejos de hacerse cargo del enfrentamiento con este cliente, que se negaba a levantarse para dejarnos pasar, directamente me dio la espalda y seguió trabajando, ignorándome. Insistí para que me hiciera caso pero se comportó como una auténtica pared, ni un gesto, simplemente me daba la espalda. Harta de la situación y del desprecio manifiesto hacia mi persona, le pedí una hoja de reclamaciones, la cual completé y cuya foto adjunto. Lo único que dijo esta persona, de nombre JUAN CARLOS RUBIO PARRONDO, es que "ESTO ES UN NEGOCIO PARA GANAR DINERO". NO hay derecho a que traten así a una familia que solo intentaba salir de un restaurante, tras pagar una buena cuenta, con un bebé y molestando lo menos posible. Un auténtico ejemplo de falta de solidaridad, de modales y de educación impropios de un restaurante de este nivel. La comida nos da igual si estaba buena o no porque nos dejó muy mal sabor de boca. Mi familia lleva 40 años yendo a este local pero gracias a semejante espectáculo, ninguno volveremos, ni lo recomendaremos.
INMACULADA HERNÁNDEZ

Junto con su hermano el Couzapin es un buen restaurante con un trato agradable. Tiene un gran defecto, en días señalados, como el día del padre o Navidad, no mantienen la calidad, se bloquean y lo malo es que admiten la queja pero no se olvidan de cobrarla
Gustavo