Las pretensiones de El Fogón de Asturias son las propias de una honesta casa de comidas: buenos productos autóctonos, cariño en su elaboración y tradición en todo. En ese terreno se mueve Marcial Álvarez desde que inauguró el local y así se ha convertido en referencia gastronómica de una zona en la que imperan las comidas rápidas y de pie.

Aquí el ritmo de los alrededores se interrumpe con sólo una mirada a la carta, de la que destacan clásicos como las fabes con almejas, la merluza a la sidra o el pastel de cabracho.

Sin alardes, sin riesgos, sin dejar el camino que siempre ha recorrido, El Fogón se limita a dar bien de comer, ajustado de precio y ofreciendo posibilidades de todo tipo para reuniones de empresa o celebraciones familiares. Hay sidra, pero no escanciadores mecánicos.